Thursday, May 31, 2007

¡He recuperado mi voz!

Después de mucho tiempo sin escribir en este portal, por fin he encontrado la motivación para retomarlo. Y, que se sepa, tengo sólo una institución a la que debo agradecer por haberme sacado de mi letargo: nuestro Ayuntamiento del Distrito Nacional.

En efecto, es a ellos, en específico a su junta de regentes, a quienes estaré eternamente agradecida por devolverme mi voz. No como periodista (aunque esa ahora suena más fuerte que nunca), sino como ciudadana, como persona. Fue por ellos que pude darle su justo valor a mi derecho a opinar, a disentir y a rechazar las acciones y opiniones ajenas.

Para los que no me entienden, aqui va una pequeña explicación: el pasado jueves 24 de mayo envié a todos mis contactos un "forwad", desde mi e-mail personal, con una transcripción de un artículo de opinión que escribiera mi amiga Yulendys Jorge en El Caribe criticando el programa de arborización del ADN y sugiriendo una campaña de protesta que consistía en amarrar una cinta verde a nuestros vehículos. Veinticuatro horas después, el viernes, reconfirmé la razón de mi decisión de, Dios mediante, nunca más trabajar para el Estado.

Como bien tituló Don Gustavo, director de Clave Digital, una especie de carta llegó al Inbox de mi correo electrónico en la que "una retahila de insultos" eran lanzados en mi contra. Al parecer, envié mi mensaje a varios buenos amigos que aún conservo en el ADN y alguien con acceso al e-mail del señor síndico (que, según recuerdo, no son más de tres personas, incluído el mismo Roberto Salcedo), y decidió responderme de manera agresiva desde esa dirección electrónica).

Sucede que entre agosto de 2005 y enero de 2006 me desempeñé como encargada de Relaciones Internacionales del Despacho del ADN, luego de ser contactada para estos fines por la asistente del alcalde. En mi entrevista se me explicaron mis obligaciones (más o menos), mi salario y otros asuntos administrativos. Lo que nunca, pero NUNCA se me dijo es que desde ese mismo momento yo ya no me pertenecía. Que desde ese instante era propiedad del ADN y del proyecto político del señor Salcedo. Que ya jamás expresar opinión alguna que fuese en contra de cualquier aspecto de la administración municipal o que perjudicara en modo alguno a nadie en esa alcaldía. A pesar de ser capitaleña de nacimiento y crianza, al aceptar ese trabajo renunciaba a mi voz como ciudadana y cualquier posición contraria al ayuntamiento del Distrito Nacional sería vista como alta traición y, por consiguiente, me enfrentaría a las consecuencias de lugar.

En este caso, las consecuencias fueron un pasquín (porque lo que no tiene firma no es más que eso) que me enrostraba, entre otras cosas, el ser "malagradecida e incompetente", el "acabar con el mismo síndico que antes me pagaba", el haber sido "acogida" a pesar de que mi padre y yo somos "carteles" (¿?) "del PRD", el utilizar el medio en el que trabajo (el semanario CLAVE y Clave Digital) para mi "desahogo político partidista" y, más aún, "para tratar de ser alguien".

He de confesar que mi reacción inicial fue la risa (si vieran la cantidad de faltas ortográficas, gramaticales y de sintaxis que contenía el citado e-mail, se estuvieran riendo conmigo); pero la risa pronto se convirtió en rabia. No por los insultos. Esos se toman de quien los da, y, sabiendo yo de quien salieron, es un milagro que los haya podido escribir sin mayores daños al idioma. La rabia vino, primero, por la altanería de una funcionaria, o, peor aún, de un ayuntamiento, de pretender censurar a un ciudadano que, en su total derecho, disciente de un plan para el que no fue consultado. Y lo segundo, y esto sí que trajo a mi ideas homicidas, fue que el nombre de mi padre fuera envuelto en un mensaje de esa calaña.

El que me conoce sabe que a mi, como a todo el mundo en mi familia, se me crió creyendo en tres cosas: Dios, la familia y las Aguilas Cibaeñas. Y en ese mismo orden estamos dispuestos a luchar hasta la muerte por estas causas (en el caso de las Aguilas, la muerte puede ser un extremo, lo acepto, pero casi casi). La cosa no hubiera pasado a segundas de no haber sido por la mención de mi papá.

Con el apoyo irrestricto de mis compañeros de labores y de la dirección de mi empresa, se hizo lo único que procedía para un trabajador de la prensa que se respetase y que creyera en su responsabilidad ante la sociedad: publicar el e-mail. (pueden chequearlo en http://www.clavedigital.com/Portada/Articulo.asp?Id_Articulo=10147).

Al hacerlo, estaba preparada para retaliaciones aún mayores. Para lo que no estaba preparada era para la abrumadora cantidad de mensajes de apoyo y de esperanza que recibí de más de 60 amigos y desconocidos. Yo ya había olvidado el amor que los capitaleños sentimos por nuestra ciudad, y cada una de esas opiniones me recordó que los dominicanos, aunque no lo parezca, todavía conservamos nuestro "tope" de aguante frente a las acciones de los políticos.

El fin de semana se fue rápido, entre conversaciones y viajes con amigas que querían que me olvidara del tema y besos y abrazos a tías y primas que son madres en La Vega. Pero el lunes la realidad volvió, con la visita del señor alcalde a mi empresa con el único propósito, según el mismo dijo, de disculparse por lo que el considera "un incidente aislado, penoso y vergonzoso que en nada refleja la opinión del ADN". (Léanlo completo aqui: http://www.clavedigital.com/Portada/Articulo.asp?Id_Articulo=10168).

Y ya. Ahi quedó. Mi respeto a nivel personal por Don Roberto que, he de aceptar, fue todo un caballero conmigo mientras estuve trabajando bajo su dirección, me impide creer, como de hecho no lo creo, que el tuvo algo que ver de manera directa en el envío del mail. Ahora bien, de que la cosa salió de sus colaboradores más cercanos, y de que se que no se tomará ninguna medida más allá de la disculpa, en eso estamos claros. Lamentablemente, así son las cosas. Pero créanme que no me siento vencida. Al contrario: escuchar las voces (o leer las ideas) de decenas de personas que sí quieren ser escuchadas fue un verdadero placer. Y los resultados se están viendo.

El ADN comienza a hablar más claramente de sus proyectos. Cada día son más las movilizaciones y los medios aumentan su presión sobre el señor alcalde. En definitiva, la ciudad despierta. Parece que, por fin, no sólo yo he recuperado mi voz.

Wednesday, July 12, 2006

Un impasse...¡Por favor!

La verdad es que el mundo se está acabando.

Porque tenemos que estar en las últimas para que esto de los pagos "por la izquierda" y sin justificación alguna a los periodistas se hagan a plena luz del día y hasta se justifiquen. Fíjense, por ejemplo, en el titular y el resúmen de la nota de apertura de Clave Digital del martes 12 de julio de 2006:

Las periodistas Fany Santana y Cándida Ortega, enfrentadas por cobro irregular de cheques en las Fuerzas Armadas

La periodista Fany Santana fue interrogada en la secretaría de las Fuerzas Armadas que investiga por qué la comunicadora cobró en la institución durante más de cuatro años un cheque emitido a favor de su colega Cándida Ortega. Santana, reconocida cronista de espectáculos al igual que su colega Ortega, fue sometida a un interrogatorio el pasado sábado luego que la Dirección Financiera del instituto castrense detectara que el cheque, por un monto de RD$12,000.00, era retirado irregularmente. La historia comenzó durante el pasado gobierno cuando Santana, presuntamente, gestionó ante el entonces secretario de las Fuerzas Armadas, José Miguel Soto Jiménez, la inclusión en nómina de Ortega como igualada militar. Santana habría alegado ante el secretario que su colega periodista se encontraba enferma y necesitaba esa ayuda. Pero Ortega asegura ahora que nunca se enteró de que estaba en nómina de las Fuerzas Armadas y negó que estuviera enferma.

Ahora resulta que las señoras "fuman la pipa de la paz" y envían una carta a Clave Digital, el medio que descubrió la noticia, alegando que "la amistad que siempre ha existido entre nosotras, fortalecida por nuestro rol como comunicadoras sociales, se ha restablecido plenamente y se han esclarecido, para tranquilidad de nuestras familias y nuestros relacionados, los desacuerdos pasajeros que existieron".

¿Y a quién le importa que esas "distinguidas comunicadoras" sean o no amigas? Lo que yo quisiera saber es:

1. Por qué razón o concepto esas señoras tienen igualas con las Fuerzas Armadas.
2. Cuál es ese trabajo que realizan que justifica que DE MI DINERO se les paguen RD$ 12,000 MENSUALES desde hace ya 5 años.
3. Cómo es eso de que Cándida "no sabía nada de esto hasta el viernes pasado" y ya todo está bien y no hay que hablar más del tema.
4. Qué otros periodistas cobran en esa institución y bajo que alegatos (porque el que crea que son sólo 12,000 pesitos lo que se destina a periodistas, que piense de nuevo).

Por eso, y no por otra cosa, es que la gente no confía en la prensa. Tomamos lo que no nos ganamos y después queremos auto convencernos de que la gente es estúpida, de que no entiende cuando se le está robando VILMENTE su dinero.

El que nada debe, nada teme, señoras y señores. Muy bien que se fumen su pipa de la paz... ahora fúmense otra con el pueblo.

Esa es mi opinión de todo esto. ¿Cuál es la tuya?

Tuesday, July 04, 2006

La cultura del "picoteo"

Hoy me comentaba una amiga periodista que trabaja en uno de los diarios más viejos del país que tras aguantar años de vejaciones como peatona piensa comprarse un carrito en este mes. Como suele hacerse en confianza, y a sabiendas de su exiguo salario, bromeé con ella sobre el “jugoso aumento” que suponía recibió para poder montarse. “¿Aumento? –me dijo-¡Tu eres loca! Lo que tengo son tres ‘picoteos’ para poder completar el pago”.

La revelación de mi amiga, que la engloba, según mi percepción, en el 95% de los trabajadores de prensa nacionales, me recordó lo que recientemente nos decía a un grupo de periodistas Soledad Alvear, subdirectora del diario El País de España, sobre el peligro de esta profesión y el pluriempleo: “Un médico puede tener más de un trabajo y no afecta sus resultados. Igual un abogado, o un ingeniero, o un cocinero. Pero un periodista debe de ver bien donde concentra su esfuerzo y su talento, para no caer en faltas graves de ética y de objetividad periodística. Bien visto –concluyó- es mejor tener un solo trabajo”.

La misma posición parecen sostener la mayoría de los medios de comunicación dominicanos, sobre todo los escritos, que exigen a sus periodistas exclusividad para poder ser contratados.

Y si estamos hablando de “compra de conciencia” o choque de intereses, de más está decir que esa es la mejor medida. Pero quisiera saber cuales son los dueños de medios que se sientan con sus periodistas, profesionales dominicanos que, en su mayoría, trabajan sin horario y usualmente ganando centavos, y le explica por qué, para conservar su trabajo, deben de declinar cualquier oferta de trabajo extra decente. Por qué, por ejemplo, deben ser rechazadas otras entradas serias cuando hay hijos y conyugues y padres que mantener y el salario que ellos ofrecen no alcanza para nada.

En teoría lo ideal es tener a gente dedicada en cuerpo y alma al periodismo. Pero la vida funciona de otra manera. Quizá yo soy la menos indicada para decirlo. Como todos, tengo obligaciones y compromisos que cumplir quincena a quincena, pero sería injusto compararme con compañeros y compañeras que son padres de familias, que no cuentan con el apoyo que en mi casa aún se me dispensa o que son el principal sustento de hermanos y padres. Lo acepto, no es lo mismo.

Pero es precisamente por esos compañeros que creo que los medios dominicanos deben revisar sus políticas y reestructurarlas, redactando nuevos parámetros que se correspondan con la realidad. A mi juicio, hay dos opciones: o aumentan los salarios hasta llevarlos a cifras que sirvan para vivir decentemente (ningún periodista del mundo sueña con hacerse multimillonario con un empleo en una redacción), ó permiten que su gente haga legalmente lo que ya se ve obligada a hacer a sus espaldas: completar sus ingresos decentemente con trabajos que en nada chocan con la ética y con el rigor que nuestro oficio exige y que no comprometen la conciencia libre que debe de primar en cada empleado mediático. Los comunicadores buscamos un mundo más justo. Comencemos por la casa.

PS: Mag: Espero mi bola!!!

Friday, June 30, 2006

Con honores o sin honores...¿es esa la pregunta?

Para Alfre, con cariño.

Hay muchas cosas que nunca aprenderé en esta vida. Muchas.

Están, por ejemplo, el álgebra de Baldor y demás libros relacionados; la razón por la que los dominicanos tenemos una memoria política de sólo seis meses y la manera en que los hombres aguantan estóicamente una paliza pero se vuelven un disparate cuando les da gripe.

Sin duda hay muchas cosas que van más allá de mi comprensión. Pero dentro de las que si he llogrado descifrar, hay una que, aún siendo muy sencilla, a estas alturas de mi vida, aún me da mucho que pensar: los honores académicos.

Antes de que te rías o de que te lleves tu mouse hacia mejores blogs, permíteme explicarme. Desde que tengo uso de razón los honores académicos no son, como en la mayoría de los casos, el premio del buen estudiante. Para Rolando y Carmen Croussett los honores escolares son el deber de todo aquel al que "la vida le dió lo que le niega a muchos otros". Una A es un deber. Una B, una labor que debió de haber se hecho mejor. ¿Una C? Sálvese quien pueda.

En mi mundo de bachillerato, lleno de sueños de tener una carrera diplomática exitosa y un ejercicio del derecho en tribunales suntuosos, lograr una maestría en Georgetown, Harvard o The London School of Economics era algo que no veía como una opción, sino como un paso necesario y vital para conseguir mis metas. Obvio que la única manera de entrar a una universidad de US$45 mil al año, sólo en matrícula, era con beca. ¿Y cómo se consigue esa beca? ¡Adivinaste! Graduándome con honores.

Hace siete años, haciendo fila en la caja de la PUCMM para pagar mi primera inscripción como alumna universitaria, pensaba que si no salía de ese lugar con honores, no sería nadie en la vida. Solo una más del montón.

Ja.

No me malinterpretes. Conservo mis buenas notas. Pero la vida no es en blanco y negro, como en aquel entonces yo pensaba. Para poder sobrevivir, es importante no olvidar las inmortales palabras de Live y ver "the beauty of gray", la belleza del gris.

Si. Graduarse con honores dice mucho de ti. Dice que te aplicaste, que te fajaste, que diste lo mejor de ti. Decir que alguien se puede graduar con honores a base de fijarse es estúpido, porque nadie, pero nadie, puede sacar sólo A's y B's sólo copiando el trabajo ajeno. Hay que fajarse, y es importante que lo entiendas. Pero aún más importante es que entiendas esto:

LOS HONORES NO HACEN AL PROFESIONAL.

Repito:

LOS HONORES NO HACEN AL PROFESIONAL.

Yo me enorgullezco al decir que trabajo con muchos de los mejores periodistas, diseñadores y fotógrafos de la República Dominicana. Muchos se graduaron summa cum laude pero, siendo sincera, fueron más los que se graduaron chepa cum laude. Al profesional lo hace el empeño, la pasión, la disciplina, la responsabilidad, el ejercicio y la ética. La preparación académica es indispensable, pero no vale por si sola.

Conozco a más de 10 personas que terminaron sus carreras con los máximos honores de sus promociones de las cuales 5 aún no han conseguido un trabajo que valga la pena y las demás nisiquiera trabajan en su área.

En mi experiencia personal, sólo tres cosas garantizan su éxito profesional: 1) hacer lo que le apasiona; 2) trabajar por ser el mejor en lo que haga y 3) entender que el éxito es relativo y que no debe medirse por lo que piensen los demás, sino por la paz mental que cada quien logre conseguir.

Así que, si de verdad quieres mi consejo, estudia, prepárate académicamente para un mundo ultracompetitivo, pero en las palabras de mi pana Fidel Pérez: "no le des a las vainas más mente de las que hay que darles". Trabaja para ser el mejor, no para ser el que más diplomas tiene en la pared. Al final, eso vale poco.

Carol